El 27 de marzo, Lila Varisco de Westport, Massachusetts, viajaba en el automóvil con su familia cuando le pidió a su madre, Jessica Nunes, usar su teléfono celular. No fue una pregunta extraña ya que a Lila le gusta jugar en el dispositivo.
«Pasé mi día sin pensar en nada hasta que mi teléfono sonó a las 2 a. m. de la mañana siguiente y me alertó sobre un pedido de Amazon enviado», dice Nunes a TODAY.com. Preocupada de que su cuenta hubiera sido pirateada, revisó Amazon y descubrió que le habían cargado a su tarjeta de crédito un total de $ 3,922.
En el auto la niña ordenó, 10 motos todoterreno para niños (en una variedad de colores rosa y azul) y un Jeep de dos asientos para niños (un regalo para ella y su hermano de 2 años), por un total de $3,179. Lila también compró 10 pares de botas vaqueras blancas en talla 7 para mujer por $743, bicicletas a dos vendedores diferentes, uno de los cuales envió inmediatamente un correo electrónico a Nunes para confirmar que era un pedido válido.
En lugar de enojarse Nunes habló con su hija y le enseñó el valor del dinero. Asimismo, le hizo entender que para obtener cosas primero hay que merecerlas.
“Le dije en el futuro: ‘Sí, íbamos a conseguirte una bicicleta, pero eso es algo que necesitabas ganar’”. Eso es algo que necesitábamos tomarnos un tiempo e investigar, no solo si lo quiero, lo obtengo”, indicó.
Afortunadamente, todas las empresas se han puesto de acuerdo para tramitar las devoluciones.
Lila fue «práctica» en su explicación. «Ella dijo: ‘Solo lo quería y lo obtuve'», dice Nunes. La madre dijo que Lila también hizo un pedido de Amazon sin permiso la Navidad pasada, cuando apareció un paquete de brillos labiales en la puerta de su casa.
Nunes es propietaria de un negocio que usa Amazon con frecuencia y no siempre verifica dos veces su historial de pedidos, aunque lo hará ahora.
«Es absolutamente gracioso que ella (hiciera) un pedido a una escala tan grande», dijo Nunes.
