El gobierno de Trump quiere reducir el límite de refugiados que se admite anualmente. La cifra llegaría a un máximo de 25.000, un descenso de más de 40%.
Según informó el New York Times, en base a testimonios de dos ex funcionarios y una persona cercana a las discusiones, la Casa Blanca ve más factible este cambio, a diferencia de las reducciones previas que enfrentaron una parcial resistencia en el seno del gobierno. Stephen Miller, asesor presidencial, es señalado como el principal impulsor de estas medidas.
En el último año de la gestión de Barack Obama, el límite anual estuvo fijado en 110 mil. Tras asumir el cargo, Trump emitió un decreto bajando el número máximo a 50.000 personas, diciendo que una cifra mayor sería «perjudicial para los intereses de Estados Unidos».
El Times agregó que aunque el Departamento de Estado suele favorecer el programa de refugiados, el secretario de Estado, Mike Pompeo, estaría siendo asesorado por dos funcionarios cercanos a la línea dura de Miller.