El Vicepresidente Biden pronunció un discurso en la reunión del Consejo Asesor entre los Estados Unidos y Colombia en Cartagena, Colombia. A continuación hay extractos de su discurso.
Hoy, es un gran privilegio, Sr. Presidente [Santos], sentarme a su lado en un momento en el que creo que los historiadores, si Dios quiere, mirarán hacia atrás en este momento, no necesariamente este evento en particular, sino este momento, y digamos: este fue un nuevo comienzo genuino. Este era el lugar, este era el momento en que Colombia, la democracia más antigua del hemisferio, aprovechó sus oportunidades en formas que mucha gente pensó que no sucederían. Ha pasado mucho tiempo por venir. Ha habido muchos reveses en el camino, pero nunca apartó la vista del objetivo principal.
Y respeto enormemente el trabajo de usted y sus predecesores y las fuerzas armadas colombianas y el pueblo de Colombia. Todo el esfuerzo que han reunido para traer este día. Voy a repetirle a la prensa esta noche, que – hoy, que hay al menos otras siete naciones en las que puedo pensar ahora – tal vez hasta 10 – que están en la cúspide de poder alterar fundamentalmente la trayectoria de sus países. Solo les falta una cosa: carecer de un líder individual, tener el coraje de arriesgar todo en términos de su futuro, ser el catalizador de ese cambio.
Y creo que además de recibir ese premio, señor presidente [Santos], va a dar algo de esperanza y algo de coraje y coraje: otros líderes en otros países. No los nombraré, pero no estoy exagerando cuando digo que estoy seguro de que hay quienes están al borde del abismo, si tienen el coraje de hacer el descanso que es necesario. Y eso requiere un hombre o una mujer para hacer eso. Por lo tanto, respeto enormemente lo que has hecho.
Y este es un momento, creo, de una oportunidad sin igual para el pueblo de Colombia. Y termina: al final de décadas de conflicto, para encerrar en paz, para cosechar los beneficios de una sociedad gobernada por el estado de derecho donde la gente no necesita temer por sus vidas.
También vimos que un acuerdo firmado y ratificado solo nunca ofrecerá una paz duradera. Y como diría mi abuelo, ahora comienza la parte difícil. Y realmente lo hace. La parte difícil realmente comienza. Y para que la paz tenga éxito, debemos ofrecer un futuro mejor para el pueblo colombiano: algo bastante básico.
Eso significa crear empleos y nuevas oportunidades para dar a las personas las herramientas para alimentar a sus familias, obtener una educación, ganar un salario justo y perseguir sus sueños.